Informe Ciudad Inteligente Barcelona Commons

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Políticas municipales en el ámbito de la Sociedad del Conocimiento y la Ciudad Inteligente.

Hacia un modelo más sostenible, social y democrático

 

Autor: Wouter Tebbens, Free Knowledge Institute

Encargo: Primera Tenencia de Alcaldía de Barcelona

Mayo 2016

Resumen ejecutivo

A principios de 2016, el Ayuntamiento de Barcelona nos encargó un informe para «desarrollar una visión estratégica de la sociedad del conocimiento que facilite el empoderamiento ciudadano a través de la tecnología».

Con este propósito elaboramos un informe con un diagnóstico de las principales problemáticas, objetivos y acciones a desarrollar en los siguientes ámbitos: software, redes de telecomunicaciones, productos físicos (incluyendo el mundo maker y diseño abierto, centros de I+D, y residuos y economía circular), consumos colaborativos, y comercio, energía y movilidad.

El informe quiere reforzar el bien común y el empoderamiento ciudadano de la tecnología, por ello tiene especialmente en cuenta proyectos libres / abiertos / de bienes comunes y de economía social y solidaria y economía colaborativa.

La gobernanza de las TIC

¿Quién desarrolla la tecnología? ¿Quién es propietario? ¿Quién tiene acceso al código y los datos generados? ¿Quién da la información y quién la tiene? ¿Quién define la arquitectura de lo que es posible y lo que no? En el ámbito de las tecnologías digitales, la tensión entre la producción colectiva de valor y su apropiación en manos de unas pocas empresas es central. Por un lado, vemos cómo el diseño original de Internet combinaba características técnicas, organizativas y culturales que descentralizaban el poder. Esta descentralización ha permitido máxima libertad de actuación e innovación. Por otro lado, los gobiernos y el mercado han introducido elementos de control y recentralización del poder, apropiándose muchas veces de lo que habían generado las redes de forma colaborativa. Ejemplos evidentes de ello son plataformas como Facebook, Google, Microsoft, Apple o Twitter.

Más allá de los dos modelos tradicionales de gestión (pública y privada), necesitamos reconocer, impulsar y proteger una gestión comunal que permita utilizar, compartir y replicar todo tipo de iniciativas bajo un modelo de autogestión ciudadana, incluyendo a gobiernos y empresas pero sin cederles el control exclusivo. Actualmente se habla de infraestructuras inversas o de gestión ciudadana, de innovación digital social o de modelos de gestión comunal o de autogestión. En el ámbito de las tecnologías destacan el software libre (conocido también como código abierto); los estándares abiertos; las redes de telecomunicaciones abiertas, libres y neutrales; los contenidos abiertos y libres; el diseño abierto y de economía circular; o los datos abiertos .

En este sentido, Christian Ianone de LabGov propone gestionar la ciudad como un «común colaborativo», lo que llama la «co-ciudad». En lugar de la tradicional colaboración público-privada, que a menudo transfiere dinero público a manos privadas, Ianone propone un modelo de asociación (partnership) público-privada-ciudadana que construya plataformas p2p – físicas, digitales e institucionales – para promover «el vivir juntos» (servicios colaborativos), el «crecer juntos» (co-ventures) y el «producir juntos» (co-producción). Esto se haría a partir de una gobernanza colaborativa / policéntrica con la inclusión de cinco actores (lo que llama la «quíntuple hélice»): las administraciones públicas, los centros de conocimiento, las empresas, las organizaciones de la sociedad civil y los innovadores sociales.

¿Qué tenemos y qué nos falta?

Como se puede apreciar en el directorio del proyecto P2Pvalue, actualmente hay unos 1.000 proyectos colaborativos y de gestión comunal en Cataluña y se puede decir que Barcelona ya es un referente internacional en este ámbito. Por poner algunos ejemplos: en relación a las redes de telecomunicaciones, tenemos Guifi.net (con más de 30.000 edificios conectados a una red de banda ancha comunitaria) y The Things Network (una red comunitaria inalámbrica para conectar sensores). En el ámbito de productos físicos, hay iniciativas como los Fablabs, los Ateneos de Fabricación o espacios maker autogestionados. Barcelona también dispone de un amplio abanico de comunidades de software libre (como Caliu, Softcatalà, KDE, Ubuntu.cat) y tecnologías libres (Arduino o Raspberry Pi).

Desde el Ayuntamiento se están impulsando algunas de estas iniciativas. Dentro del Instituto Municipal de Informática (IMI), el departamento de la Sociedad del Conocimiento mantiene relaciones con las comunidades educativas y de tecnologías libres. En Barcelona Activa hay un interés creciente en la promoción de tecnologías libres para incrementar la competitividad de las empresas. El Ayuntamiento ha creado una Red de Ateneos de Fabricación, que representa uno de los primeros laboratorios públicos de fabricación digital en Europa. El Consorcio de Educación de Barcelona está desarrollando iniciativas de empoderamiento tecnológico del alumnado, a menudo en colaboración con la Red de Ateneos. La Agencia de Salud Pública tiene una red de sensores distribuidos por la ciudad. Para fomentar la innovación social desde la transparencia, el Ayuntamiento dispone de un portal de datos abiertos. Desde Urbanismo se está trabajando en el plan de las ‘supermanzanas’, no sólo desde la perspectiva de la movilidad y participación sino también en temas de uso compartido de los suministros (electricidad, fibra óptica, puntos de recarga y auto-producción solar) . El Plan de Movilidad Urbana tiene como objetivo promover el vehículo eléctrico y el carsharing, lo que da un especial potencial en las plataformas autogestionadas y cooperativistas.

Pero aún queda mucho camino por hacer. Por un lado, las comunidades son fragmentadas y frágiles. Por ejemplo, estos proyectos son sostenibles no siempre y muchos tienen que cerrar. Con políticas que los apoyen y dándoles visibilidad, podrían convertirse en un modelo de desarrollo económico. Por otro lado, aunque está haciendo un giro en esta dirección, el Ayuntamiento no siempre tiene una visión articulada y coherente en este ámbito. Por ejemplo, los programas de alfabetización digital siguen dejando fuera alternativas no privativas, reproduciendo así el modelo privatizado de la Sociedad del Conocimiento. En términos generales, tanto dentro como fuera de la administración, falta pensamiento crítico y conocimiento sobre las TIC y los comunes.

¿Cómo impulsarlo?

La Parte I del informe analiza las principales problemáticas, objetivos, actores implicados y acciones a desarrollar en el ámbito del software, redes comunitarias de telecomunicaciones, productos físicos (incluyendo el mundo maker y diseño abierto, centros de I+D, residuos y economía circular), consumos colaborativos y comercio, energía y movilidad. La Parte II incluye un inventario de los actores involucrados, una evaluación de los principales programas municipales en estos ámbito y un listado de los canales municipales de comunicación en el ámbito de las nuevas tecnologías así como de las principales actividades de la ciudad (por ejemplo Mobile World Congress o Smart City Expo pero también actividades de las propias comunidades).

El análisis se ha realizado a partir del modelo conceptual propuesto por Michel Bauwens y Xabier Barandiaran (ver Figura 1). El punto de partida es que las economías del conocimiento se pueden desarrollar bajo control centralizado o distribuido (eje vertical) y en beneficio común o privado (eje horizontal). El modelo dominante se caracteriza por un control centralizado en beneficio privado (recuadro superior derecho). Recientemente pero se ha ido diversificando: desde el modelo tradicional capitalista basado en la propiedad intelectual (por ejemplo Sony, Disney, Microsoft) en un modelo de capitalismo de red social (pe Google, Facebook) o de plataforma colaborativa (pe uber, Airbnb).

El lado opuesto del recuadro (parte inferior izquierda) representa el modelo basado en el control distribuido y el beneficio común: aquí encontramos las comunidades de procomún, que han ido desarrollando un conjunto de herramientas, recursos, métodos, conocimiento y cultura libres y abiertas. Cuando hablamos de control centralizado en beneficio común (recuadro superior izquierda) hablamos básicamente de las administraciones y las políticas públicas. En el lado opuesto (inferior derecho) encontramos un modelo que podríamos definir de capitalismo libertario, con control distribuido pero beneficio privado (p.e. Bitcoin, Kickstarter).

El informe hace un mapeo de los principales actores que trabajan bajo el modelo de control distribuido y en beneficio común (recuadro inferior izquierda) y evalúa las principales instituciones y programas públicos que impulsan formas centralizadas en beneficio común. Ponemos a vuestra disposición el informe ejecutivo (PDF, 437 kb, en catalán) que se limita a recoger sintéticamente las principales problemáticas y acciones propuestas en cada uno de los ámbitos analizados.

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